El año 2020 ha sido un año muy complicado para las tiendas físicas, las restricciones, el aforo limitado, no poder probarse la ropa… Todo esto hizo que el comercio online se disparara y las ventas en los locales disminuyeran.

Pero actualmente ya estamos recuperando una normalidad, en la cual ya podemos ir a las tiendas y disfrutar de lo gratificante que es ir de “shopping”. Consecuentemente, ahora el visual merchandising y escaparatismo vuelven a coger mucha relevancia.

Aún seguimos teniendo temor a los lugares cerrados y dónde se pueda concentrar mucha gente, pero si vemos un escaparate que logra captar nuestra atención, nuestro impulso nos lleva a entrar en el local y seguir viendo qué hay en el interior.

Una vez dentro, no nos basta con que el escaparate fuera precioso, queremos seguir teniendo una armonía y que, lo que nos ha transmitido la “portada” de la tienda, lo sigamos teniendo en el interior.

Aquí entrará en juego el visual merchandising, todas las señalizaciones, iluminaciones y decorados de la tienda deben transmitirnos la misma sensación que nos impulsó a entrar. Y de esta forma nos sentiremos más seguros, felices y con ganas de comprar.